TODOS LOS ANIMALES SON BRAVOS

miércoles, 11 de febrero de 2009

Agradezco la respuesta de mi buen compañero Francisco Mujeriego a mi escrito previo sobre mis consideraciones, y las de otros, sobre la tauromaquia. A pesar de la disparidad de opinión o gusto, mis posibles críticas nunca intentarán socavar el respeto hacia la persona, sino que irán dirigidas hacia hechos concretos. Respondo con el título de que todos los animales son bravos cuando se les pone en peligro, puesto que incluso la gallina defiende todo lo fieramente que puede a sus polluelos cuando éstos corren riesgos serios de supervivencia.
Tratar de eludir como argumento el sufrimiento del toro durante la corrida, es dejar aparte el punto principal que nos mueve a quienes abogamos por la abolición de este auténtico suplicio de un animal que desea vivir, al igual que nosotros y el resto de los animales, recibiendo el menor dolor posible. Esto es algo de cajón, consustancial a la naturaleza de todos los animales.
No nos impresiona la cantidad de datos que puedan presentarse a favor, tanto históricos como legales, sobre esa “fiesta” que ya no lo es para la mayoría de los españoles. Si iniciamos una contienda dialéctica en ese sentido, quienes estamos en contra podríamos presentar igualmente exquisitas demostraciones históricas, biológicas y morales para intentar calibrar la balanza de la contraposición. No obstante, y a fin de aprovechar nuestro precioso tiempo en los aspectos que realmente pueden interesar, sacaremos a luz nuestro convencimiento de que debemos y podemos hacer un mundo mejor, no solamente para los humanos –por lo cual también nos movemos- sino asimismo para los animales, y por añadidura a todos los seres vivos del planeta, incluyendo los bosques, y considerando de forma similar a los océanos y a la atmósfera.
Somos conscientes de este moderno despertar de gran parte de la sociedad española decididamente en contra de la corrida de toros. Y no nos confundamos, porque quienes somos viajeros empedernidos sabemos que actualmente se nos identifica cada vez menos a los españoles con los toreros, quizás gracias a la parte positiva de la globalización y de internet, donde el mundo entero conoce casi al instante las tendencias y los movimientos de resto del orbe. A menudo sucede que estamos tan introducidos en nuestras costumbres, arraigos y tradiciones, que para muchos resulta realmente difícil poder calibrar la existencia desde la toma de bases de otra dimensión humana. Y ello es una lástima, porque en cierto modo uno mismo se condiciona a sus propias vivencias escogidas, cerrándose así la posibilidad de contemplar la vida y actuar en ella distintamente y, por qué no, más positivamente en el entendimiento global de cuantos seres habitamos el planeta. Pero no, por desgracia sucede en demasía que hemos estamos haciendo de nuestra sociedad una especie de supermercado feliz donde todo dolor ajeno parece esfumarse, incluido el de los animales. Si por muchos fuera, seguiríamos en la España de las alpargatas, las castañuelas y los señoritos (entre los que abundaban los empresarios taurinos).
La abolición de la caza del zorro en el Reino Unido, tradición igualmente antigua en aquel país, hace sólo unos meses sacó en protesta a las calles decenas de miles de personas que se mostraban a favor de la misma, especialmente quienes vivían de esa historia. Se armaron revueltas y violencias varias, pero al final se impuso la ley por decisión mayoritaria de la sociedad británica.
Por otra parte, presentar a empresarios del mundo taurino con el fin que nos convenza para admitir las corridas de toros, es como presentar a un banquero para que nos convenza de las bondades de los sistemas actuales bancarios, en los que muy a menudo operan con nuestro propio dinero para enriquecerse mientras nosotros no obtenemos absolutamente ningún beneficio.
Por emular a Francisco, quiero añadir el enlace a una página sobre animales, no solamente sobre la tauromaquia, sino sobre cómo se aniquila a los mismos con distintos fines: para comer, para entretenerse, para vestirse, e incluso por cuestiones religiosas. He conocido a quien se ha hecho vegetariano después de haber visto el vídeo. Espero que tengáis “agallas” para poder verlo hasta el final.

http://video.google.com/videoplay?docid=7576567901991519153


Hellín, 05 febrero de 2009


Adolfo Rebolledo Gaudes

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