¡Feliz verano!

martes, 30 de junio de 2009

El otro día pasamos un muy buen rato bailoteando y moviendo el cuerpo para celebrar que el curso había concluído. Os dejo con el tema de El Barrio que aquella tarde sirvió para recordarnos a algunos que la artrosis aún no nos afecta (o al menos nos lo parece).

No es verde todo lo que reluce


"El pintor, con su caballete a cuestas, avanza sin prisa por la pradera que se extiende hasta el confín del cielo de verano. Bajo un castaño prepara sus paletas y óleos, se estira, bosteza, sonríe. Viste una ligera camisa, pantalones de algodón, un sombrero de paja le cubre los rizos rebeldes. Va descalzo, porque le gusta sentir la hierba acariciándole los pies. Este pintor ama la naturaleza, la ama como artista y como científico. Este pintor es físico nuclear y su trabajo consiste en aprovechar el poder elemental del átomo, el mismo que hace brillar a las estrellas, para generar la electricidad y el hidrógeno que utiliza su ciudad."
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Este es un fragmento del primer capitulo del libro "El ecologista nuclear", del científico español Juan J. Gómez Cadenas. A lo largo de las siguientes semanas iré publicando tanto en Gaia como aquí en La Isla algunas citas de otros capítulos para animaros a leer desde este blog el libro completo. No quiero polemizar (bueno, sí quiero) sino informar. Basta ya de ese falso maniqueísmo "hombre malo, naturaleza buena".

FELICIDADES, CAROLINA

jueves, 25 de junio de 2009

CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAÑOS FELIZ...
Ya sé que tu onomástica es mañana, día 26, pero como no quiero que se me olvide, te felicito hoy.
Espero que pases un buen día y que la experiencia de la PAU haya dejado de suponerte un motivo de agobio.
Te deseo lo mejor para ese futuro tan prometedor que se abre ante ti.
Y recuerda: nena, tú vales mucho (más de lo que imaginas). Confía más en ti y sigue firme hacia adelante.
Ha sido un verdadero placer ser tu profesora durante estos tres años que hemos compartido.
Muchos besos.


Isabel Berruga

ENERGÍA NUCLEAR: FALSAS ESPERANZAS

Durante 300 años, el mundo industrializado ha estado quemando combustibles fósiles. El carbón, el petróleo y el gas son los restos enterrados de antiguos ecosistemas depositados millones de años atrás por la propia naturaleza. Por otra parte, la temperatura de la tierra está delicadamente regulada por gases que se encuentran en la atmósfera. En el año 1000 el dióxido de carbono estaba presente en la atmósfera en una proporción de 270 partes por millón. A comienzos del siglo XIX la combustión de fuentes de energía fósil por parte de la humanidad comenzó a dejar huella en la atmósfera. Sociedades cada vez más industrializadas emitían rápidamente más dióxido de carbono del que los ecosistemas podían absorber. A la ciencia le llevó otros 150 años reconocer las consecuencias de dicho proceso. Pero al cabo de décadas de debate y negación de la realidad, la imagen se dibuja ahora con claridad: Nosotros, en los países industrializados, estamos cambiando el clima.
Actualmente nos encontramos con la polémica de quienes parecen mostrarse partidarios de construir nuevas centrales nucleares en nuestro país, actitud que choca con los intereses y la actitud de la mayoría de los ciudadanos en España. Las energías alternativas renovables como la eólica y la solar proporcionan muchos nuevos puestos de trabajo, pero no así la nuclear, en la cual se emplea a muy poco personal para el funcionamiento y mantenimiento de una central. Pero la consideración sobre los tipos de energía no se sustenta solamente en los puestos de trabajo que pueda proporcionar, sino que existe otra serie de serias consideraciones a tener en cuenta.
Uno de los mayores problemas que presenta la producción de energía por medio de centrales nucleares, posiblemente el mayor y el más escondido, son los residuos que producen. Se necesitan decenas de miles de años de aislamiento sin que por ello se reduzca su capacidad de contaminación y peligro para el ser humano y el resto de los seres vivientes. Después de 60 años de intentos, todavía no se vislumbra ninguna solución técnica para el problema.
Tampoco se nos suele decir, por parte de los pro-nucleares, que en la minería del uranio se destrozan, se machacan 660 toneladas de roca para lograr una tonelada de óxido de uranio. Si tenemos en cuenta que una central nuclear convencional precisa de 200 toneladas de uranio al año para abastecerse, podemos imaginar la inmensa cantidad de roca que se destroza, es decir, 130.000 toneladas de desperdicio natural. Paradójicamente, quienes postulan por el uso de la energía nuclear para evitar la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera, no saben o no quieren tener en cuenta la ingente flota de camiones y máquinas pesadas que a diario trabajan y transportan ese tipo de minería hasta las plantas de refinamiento del uranio, consumiendo combustibles derivados del petróleo que continúan emitiendo CO2 al espacio. Y en cuanto al problema del agua dulce, cada vez más acuciante, se sabe que una mina de uranio como la de Olympic Dam en Australia consume la enorme cantidad de 33 millones de litros de agua al día. Como vemos, la falacia de que la energía nuclear es una energía limpia, sólo puede convencer a quien fácilmente se deja convencer de cualquier cosa.
Uno de los productos del reprocesamiento del uranio utilizado para hacer funcionar las centrales nucleares es la extracción del plutonio a partir de aquel combustible gastado. Hay almacenadas más de 270 toneladas de plutonio en depósitos civiles alrededor del mundo, y sólo hacen falta 4 Kg de este material para fabricar una bomba atómica capaz de destruir toda una ciudad. Además, hoy tenemos noticia de que en los últimos tiempos se han detectado 650 casos de contrabando de materiales nucleares y radiactivos.
En 1979, en la central nuclear de Harrisburg, en los Estados Unidos, la unidad 2 sufrió una fusión parcial del núcleo, con la consiguiente movilización y alarma de la población circundante. Desde entonces no se han encargado o construido nuevas centrales nucleares en los Estados Unidos.
En abril de 1986 se produjo una gran explosión en la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania. Miles de soldados y trabajadores recibieron dosis masivas de radiación en el intento de contener el desastre. No se sabe exactamente el número de muertes que provocó el accidente, pero 350.000 personas fueron evacuadas de las zonas aledañas y jamás pudieron regresar, y más de cinco millones de personas viven aún en zonas contaminadas. Las consecuencias inmediatas fueron un enorme incremento en las tasas de cáncer y de mortalidad infantil en las zonas afectadas.
La industria nuclear ha intentado presentar el accidente de Chernóbil como un raro caso único. Pero en agosto de 2006 en Suecia, los operadores de la central nuclear de Forsmark se vieron enfrentados durante media hora a otro caso de fusión del núcleo. Asimismo ha habido otros casos similares en India, Alemania y Estados Unidos.
A pesar de este historial extraordinario sigue habiendo algunas personas que sugieren que la energía nuclear tiene un importante papel que jugar en el urgente abandono de los combustibles fósiles.
Hay mucha gente buscando respuestas a la crisis climática. Afortunadamente, estas respuestas están a nuestro alrededor. Hay una variedad de tecnologías de energías renovables que está despegando. Fuentes de energía intermitentes como la solar y la eólica, se combinan con otras renovables como la geotérmica, la biomasa, la minihidráulica y la cogeneración.
Muchas naciones están desarrollando ambiciosos proyectos en energías renovables. China ha establecido el 15% para el 2020, y California ha adoptado un 20% para el 2017. Otros países incluso apuntan más alto.
Hacer un uso más eficiente de la energía significa que acabemos usando menos, y es mucho más barato ahorrar energía que producirla. Nos plantean un falso dilema cuando se nos pide elegir entre el cambio climático y un futuro nuclear, pero lo cierto es que no hay barreras tecnológicas para un mundo movido por energías limpias. Las barreras son únicamente políticas.
Adolfo Rebolledo Gaudes

ARGUMENTUM ORMITHOLOGICUM

viernes, 12 de junio de 2009

Querido Paco:
En agradecimiento a tus palabras y a ese hermoso vídeo que me has dedicado, quiero brindarte este inquietante argumento borgiano, por si lo quieres utilizar en tus diatribas con Padre Tonino.
Gracias por todo, amigo.

ARGUMENTUM ORMITHOLOGICUM

CIERRO LOS OJOS y veo una bandada de pájaros. La visión dura un segundo o acaso menos, no sé cuantos pájaros vi. ¿Era definido o indefinido su número? El problema involucra el de la existencia de Dios. Si Dios existe, el número es definido, porque Dios sabe cuántos pájaros vi. Si Dios no existe, el número es indefinido, porque nadie pudo llevar la cuenta. En tal caso, vi menos de nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, o dos pájaros. Vi un número entre diez y uno, que no es nueve, ocho, siete, seis, cinco, etcétera. Ese número entero es inconcebible; ergo, Dios existe.

EL HACEDOR

Wonderful World

jueves, 11 de junio de 2009

Querida Isabelica, has hecho alusión en tu anterior entrada a la despedida que les hice a nuestros apreciados alumnos de 2º en el blog Stem Cell. En esa ocasión les dediqué un tema que Sam Cooke popularizara a principio de los 60 y que lleva por título Wonderful World. Por cierto, como sé que amas el cine, tal vez recuerdes que también aparece en la película de Peter Weir Único Testigo (Witness), protagonizada por Harrison Ford y Kelly McGillis (esa de la comunidad Amish... cuano ella y él bailan románticamente en el cobertizo mientras escuchan esa canción sonando en la radio del coche... que emotiva escena... antológica... bueno ya me estoy enrollando demasiado). A lo que iba, quiero regalarte el oido con ese mismo tema pero en versión de Joan Baez, ea.


LA DESPEDIDA

viernes, 5 de junio de 2009

Ya sé que Paco, ese gran ser precursor, que siempre va por delante, os dedicó una hermosa despedida en su blog, a vosotros, encantadores ex alumnos de 2º Bachillerato, que dejáis para siempre nuestras aulas, pero no nuestros corazones (¡Toma ya!)
Como yo no quería ser menos, ahí va la mía:
En primer lugar, quería deciros que me he sentido muy orgullosa de ser vuestra profesora durante los tres años que hemos compartido. Habéis demostrado ser tan buena gente y tan buenos alumnos, que ha sido un verdadero placer dirigiros por los procelosos y, a veces, difíciles mares de la sintaxis, la literatura...
He intentado compartir con vosotros, en la medida de mis posibilidades, vuestras preocupaciones, vuestros nervios y vicisitudes, vuestros desengaños y alegrías. Espero que así lo hayáis percibido y espero que el hecho de que ahora dejéis este centro, no suponga una despedida definitiva. Nos seguiremos viendo, ¿no?
Seguro que vendréis a visitarnos o, si no, la vida nos hará coincidir en alguno de sus rincones.
En segundo lugar, os quiero desear toda la buena suerte del mundo. Que el futuro os depare lo mejor y os proporcione la fuerza y la madurez para afrontar todo lo que se os ponga por delante.
Seguro que podéis, ya lo habéis demostrado. Y cada vez seréis mejores. Así lo espero.
Y para terminar, os quiero dedicar una pequeña historia de Borges que a mí siempre me ha gustado. Habla de las despedidas y de la eternidad. Espero que lo entendáis y que os haga reflexionar.
Pues, nada, lo dicho. Buena suerte y aquí me tenéis para lo que necesitéis.

DELIA ELENA SAN MARCO

Delia Elena San Marco
Nos despedimos en una de las esquinas del Once.
Desde la otra vereda volví a mirar; usted se había dado vuelta y me dijo adiós con la mano.
Un río de vehículos y de gente corría entre nosotros; eran las cinco de una tarde cualquiera; cómo iba yo a saber que aquel río era el triste Aqueronte, el insuperable.
Ya no nos vimos y un año después usted había muerto.

Y ahora yo busco esa memoria y la miro y pienso que era falsa y que detrás de la despedida trivial estaba la infinita separación. Anoche no salí después de comer y releí, para comprender estas cosas, la última enseñanza que Platón pone en boca de su maestro. Leí que el alma puede huir cuando muere la carne.

Y ahora no sé si la verdad está en la aciaga interpretación ulterior o en la despedida inocente.
Porque si no mueren las almas, está muy bien que en sus despedidas no haya énfasis.
Decirse adiós es negar la separación, es decir: Hoy jugamos a separarnos pero nos veremos mañana. Los hombres inventaron el adiós porque se saben de algún modo inmortales, aunque se juzguen contingentes y efímeros.

Delia: alguna vez anudaremos ¿junto a qué río? este diálogo incierto y nos preguntaremos si alguna vez, en una ciudad que se perdía en una llanura, fuimos Borges y Delia.

Jorge Luis Borges - El Hacedor