La fiesta de los toros, ¿es cultura?

lunes, 23 de febrero de 2009

“La tauromaquia es de todas las Bellas Artes la más ortodoxa, pues es la que más prepara el alma para la contemplación de las grandes verdades”.
Miguel de Unamuno.


No hubo príncipe en Sevilla
que comparársele pueda,
ni espada como su espada,
ni corazón tan de veras.
Qué gran torero en la plaza,
qué gran serrano en la sierra,
qué blando con las espigas,
qué duro con las espuelas,
qué tierno con el rocío, qué deslumbrante en la feria,
qué tremendo con las últimas
banderillas de tinieblas.

F. García Lorca a su amigo Sánchez Mejías.

Federico García Lorca no se anduvo por las ramas a la hora de opinar sobre la fiesta de los toros, sobre la que dijo: «El toreo es probablemente la riqueza poética y vital de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo». El gran poeta granadino era un gran aficionado y la defendió siempre de los ataques de los que la calificaban de bárbara y de inculta. A los anales de la poesía ha pasado su ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejías’ cuando a éste lo mató el toro ‘Granadino’ en Manzanares el 11 de agosto de 1934.

¡Que no quiero verla!
Dile a la luna que venga,
que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena.
¡Que no quiero verla!
La luna de par en par,
caballo de nubes quietas,
y la plaza gris del sueño
con sauces en las barreras
¡Que no quiero verla!
...

Ignacio Sánchez Mejías fue un torero intelectual que alcanzó más fama por sus actividades fuera de los ruedos que en ellos. Autor de varias obras teatrales, e incluso presidente del equipo de fútbol del Betis, por sus inquietudes literarias estuvo muy unido a la intelectualidad de la época y su muerte y los versos de García Lorca y también de Alberti le proporcionaron una fama que no se correspondía con sus logros delante del toro, aunque fue un torero valiente.

Rafael Alberti: torero por un día. Su amistad con muchos poetas y artistas dio margen a que Rafael Alberti viera satisfecha una de las ilusiones de su vida: la de ser torero por un día. El genial poeta portuense fue siempre un gran aficionado, pero le faltaba ‘sentirse’ torero y el 14 de julio de 1927 se vistió de luces e hizo el paseíllo en la cuadrilla de Sánchez Mejías en la plaza de Pontevedra. Como es natural, no se puso delante del toro, pero él contaba la experiencia y recordaba que «con cierto encogimiento de ombligo desfilé por el ruedo, entre sones de pasodobles y ecos de clarines». En la obra de Alberti figuran numerosas poesías taurinas. Durante su exilio en América asistió a todas las corridas que pudo y tuvo una gran amistad con Luis Miguel Dominguín al que en Venezuela le escribió:

Vuelvo a los toros por ti,
yo, Rafael.
Por ti, al ruedo
¡Ay con más años que miedo!
Luis Miguel.
¡Oh, gran torero de España!,
¡Que cartel!
que imposible y gran corrida,
la más grande de tu vida,
te propongo, Luis Miguel.
tú, el único matador,
rosa picassiano y oro;
Pablo Ruiz Picasso, el toro,
y yo, el picador.

Rafael Alberti diseñó el último traje de luces que vistió el torero madrileño e incluso pintó el cartel de una corrida que toreó en Belgrado. Y si Alberti fue torero de ocasión, el director teatral Salvador Távora lo fue de verdad y figuraba en la cuadrilla del rejoneador Salvador Guardiola en la trágica tarde en que este murió al ser cogido en el coso taurino de Palma de Mallorca.

Pero la admiración por el arte de torear y la devoción hacia determinados toreros ha sido algo consustancial no sólo en poetas y pintores, sino también en políticos. Cabe recordar la obra pictórica de Goya, un apasionado de la fiesta. Y en cuanto a políticos se cuenta que a finales del siglo pasado, en el transcurso de una recepción en el Palacio Real, Cánovas del Castillo recibía a los invitados con un saludo protocolario, hasta que llegó Rafael Guerra ‘Guerrita’, al que abrazó con efusividad y al que dedicó palabras encomiásticas. Al día siguiente, fueron a transmitirle las quejas del obispo de Madrid-Alcalá que consideraba inadecuado el recibimiento a un torero y el excepcional político malagueño le dijo: «Yo, de un plumazo, puedo hacer un obispo, ¡pero a ver quién es capaz de hacer otro ‘Guerrita’!».

Admiración por Belmonte. Juan Belmonte fue otro torero que alternó, casi desde sus comienzos, con la intelectualidad y de ello deja constancia el hecho de que en 1913, cuando todavía era novillero, la peña ‘Los 20’ le organizó un homenaje y en la convocatoria se decía: «Los apotegmas de nuestros políticos nos merecen poco crédito. Consideramos la tauromaquia más noble y deleitable, aunque no menos trágica, que la logomaquia –esto es, la política española– y a Juan Belmonte más digno del aura popular y el lauro de los selectos que a la mayor parte de los diestros con alternativa en el Parlamento». Y tomen nota de algunos de los firmantes: Valle Inclán, Pérez de Ayala, Romero de Torres, Sebastián Miranda...

Numerosas frases perpetúan, asimismo, la admiración por el arte de torear. Manuel Machado dijo en cierta ocasión que «antes que poeta, hubiera preferido ser un buen banderillero», Ortega y Gasset confesaba que «hubiera cambiado mi fama por la gloria que solo es dable a los matadores de toros». A Pérez de Ayala le hablaron de la crueldad de la fiesta y dijo aquello de «lleva usted razón, si yo fuera presidente del gobierno suprimiría las corridas de toros, pero como afortunadamente no lo soy, pues no me pierdo ni una».

Y cuando a Gerardo Diego le preguntaron que como era posible que en Santander hubiera presenciado una corrida por la mañana, otra por la tarde y una tercera por la noche, se limitó a decir: «todos los días deberían ser así».

Cátedra del Ateneo.
El Maestro Fray Domingo
va a hacer un sutil distingo
al definir su toreo:
Cambia la aguja al correo,
para, carga, templa y manda,
y si el tren te duda y anda,
aguanta, quieto y torero
(el fraile fue cocinero)
y échatelo a la otra banda.

Gerardo Diego, "Cargar la suerte"

El único que se salió un poco de tono fue el Nobel Jacinto Benavente al que le preguntaron si le gustaban los toros y respondió que «si he de ser sincero, me gustan bastante más los toreros». Don Jacinto nunca se escondió en ese armario del que dicen que salen ahora los homosexuales.

Picasso y Hemingway. Pablo Ruiz Picasso confesó en más de una ocasión que lo que más echaba en falta en su exilio francés eran las corridas de toros, aunque curaba su nostalgia asistiendo a todas las que se celebraban en Nimes, Arles y otras plazas del sur de Francia. La pinacoteca taurina del genio malagueño es abundante y entabló una gran amistad con Luis Miguel Dominguín, al que bautizó a su hija Paola. Pero lo que muchos quizá no sepan es que Picasso en 1935 sufrió una crisis y buscó refugio espiritual en la poesía, para lo que, naturalmente, se inspiró en lo taurino. y entre su obra hay que reseñar ‘Lengua de fuego abanica...’, ‘La corrida’ y ‘Recogiendo limosnas’ en la que en la que escribe:

Recogiendo limosnas en su plato de oro
vestido de jardín,
aquí está ya el torero,
sangrando su alegría entre los pliegues de la capa
y recortando estrellas con tijeras de rosas,
sacudiendo su cuerpo la arena del reloj,
en el cuadro que descarga en la plaza el arco iris
que abanica la tarde del parto.
sin dolor nace el toro,
que es el alfiletero de los gritos
que silban la rapidez de la carretera.

Y de todos es conocida la pasión de Ernest Hemingway por los toros y su amistad con el Niño de la Palma, en el que se inspiró para escribir en 1932 ‘Muerte en la tarde’, aunque ya en 1927 se había ocupado del tema taurino en ‘Tarde de toros’ y posteriormente en ‘Verano sangriento’ en el que contaba la competencia entre Luis Miguel y Antonio Ordóñez, que heredó la admiración que el Nobel norteamericano sintió por su padre. También en el extranjero ha calado siempre profundamente la fiesta de los toros y así Henri de Montherlant, miembro de la Academia Francesa dedicó parte de su obra a ella. Incluso toreó vestido de luces en varias plazas francesas, en Albacete y en Burgos.

Un prodigioso mágico sentido,
un recordar callado en el oído
y un sentir que en mis ojos sin voz veo.
Una sonora soledad lejana,
fuente sin fin de la que insomne mana
la música callada del toreo.
Querida cuadrilla, pleguemos los capotes, despidámonos del público,
y salgamos de esta plaza sin hacer ruido.

José Bergamín,"La música callada del toreo".

Recopilar toda la literatura taurina es tarea imposible, pero queremos dejar constancia de que a ella dedicaron parte de su obra José Bergamín (La música callada del toreo), Vicente Aleixandre (Toro, La cogida, Corrida en el pueblo, Misterio de la muerte del toro), Dámaso Alonso (Torrente de la sangre), José María Pemán (Torero vistiéndose), Jorge Luis Borges (De la diversa Andalucía), Miguel Ángel Asturias (Toro-Tumbo), Pablo Neruda (Llegada a Puerto Picasso), Rafael Duyos (El toro cinqueño), Manuel Altolaguirre (Era un dolor y Joselillo), José Antonio Muñoz Rojas (Elegía a Manolete), Gustavo Adolfo Bécquer (La corrida en Argón), Juan Ramón Jiménez (Auroras de Moguer), Alfonso Canales (Oda a Antonio Ordóñez, El toro Lázaro), Fernando Villalón, Felipe Sasone, Jean Cocteau, Nicolai Aseiev, José Carlos de Luna y Jorge Guillén que escribió:

Mi corazón, cuyo peligro adoro,
No es una mera frase cortesana:
el hombre entero afronta siempre al toro
con peligro mortal. Así se afana.

La fiesta de los toros, ¿es cultura? El poeta Federico García Lorca lo dejó bien claro.




Adaptado de www.ganaderosdelidia.com

Poesía trapobana


Malos recuerdos
La vergüenza es un sentimiento revolucionario
KARL MARX


Llevo colgados de mi corazón
los ojos de una perra y, más abajo,
una carta de madre campesina.

Cuando yo tenía doce años,
algunos días, al anochecer,
llevábamos al sótano a una perra
sucia y pequeña.

Con un cable le dábamos y luego
con las astillas y los hierros. (Era
así. Era así.
Ella gemía,
se arrastraba pidiendo, se orinaba,
y nosotros la colgábamos para pegar mejor).

Aquella perra iba con nosotros
a las praderas y los cuestos. Era
veloz y nos amaba.

Cuando yo tenía quince años,
un día, no sé cómo, llegó a mí
un sobre con la carta de un soldado.

Le escribía su madre. No recuerdo:
«¿Cuándo vienes? Tu hermana no me habla.
No te puedo mandar ningún dinero...»

Y, en el sobre, doblados, cinco sellos
y papel de fumar para su hijo.
«Tu madre que te quiere.»
No recuerdo
el nombre de la madre del soldado.

Aquella carta no llegó a su destino:
yo robé al soldado su papel de fumar
y rompí las palabras que decían
el nombre de su madre.

Mi vergüenza es tan grande como mi cuerpo,
pero aunque tuviese el tamaño de la tierra
no podría volver y despegar
el cable de aquel vientre ni enviar
la carta del soldado.

Antonio Gamoneda,

MÁS MICRORRELATOS

viernes, 20 de febrero de 2009

Ahora les toca a los microrrelatos de 2º C ver la luz. ¿De qué sirve una obra artística si no se encuentra con su público? Este blog sirve para dar salida a las inquietudes de esos jovencitos que descubren que disfrutan escribiendo.
En esta ocasión la palabra elegida al azar fue "PIZARRA". Alrededor de ella surgieron estos minúsculos relatos, que reproducimos a continuación.

EL PROFESOR DE CIUDADANÍA
"Era lunes por la mañana. Mal día para mí, pues aparte da haber salido de un maravilloso fin de semana, a primera tocaba ciudadanía. Llegué a clase, a la hora en punto, pues si llegaba tarde el profesor me pondría un retraso. Él siempre estaba allí antes, pero esa mañana no había llegado.
Cuando entré por la puerta, mi compañera Valentina estaba pálida y con el rostro desencajado. Estaba mirando la pizarra.
Cuando yo miré, también me quedé blanca, pues en ella ponía con letras en cursiva: "Vais a morir todos, pequeños atontaos"
¿Quién habría sido? ¿El profesor de ciundadanía o era una broma?"
RESURRECCIÓN BALSALOBRE
LA CAÍDA DEL AMOR
"Os voy a contar la historia de amor entre mi novio y yo.
Un día, en clase, la profesora me dijo que saliera a la pizarra a corregir un ejercicio. Me levanté y, sin darme cuenta, tropecé con la mochila de un compañero. Me caí delante de toda la clase.
Todos mis compañeros se reían de mí, yo me puese colorada y me dio mucha vergënza. Estaba a punto de llorar, cuando Alejandro, otro compañero, que ahora es mi novio, me dio la mano y me ayudó a levantarme.
Él y yo salimos de la clase corriendo y en el pasillo hablamos.
Entonces, Alejandro me besó. Desde aquel día, que
casualmente era un catorce de febrero, estamos juntos.
Llevamos ya muchos años de novios y yo siempre salgo voluntaria a la pizarra para corregir".
Mª DOLORES SOLA
¡MENUDO MARTES!
"Era un martes 13.
Se dice que ese día da mala suerte y nunca mejor dicho.
Eran las 11.15, hora de salir al recreo. Tenía que ir a la cantina, pues se me había olvidado el bocadillo. Iba nerviosa porque después me tocaba exponer en Naturales un trabajo en la pizarra.
Bajando por las escaleras me caí y pasé mucha vergüenza. Todo el mundo se rio de mí. Pero, eso no fue todo. Tocó el timbre para ir a clase, todo el mundo había expuesto ya su trabajo y me tocaba a mí.
Salí a la pizarra. Noté que todos me miraban y cuchicheaban, pero yo seguía hablando. Hasta que me dijo un compañero: "¡Lucía, la bragueta!"
Yo quería que me tragara la tierra.
Desde ese día nunca salgo a la pizarra".
LUCÍA RODRÍGUEZ

Poesía trapobana nº 1

lunes, 16 de febrero de 2009

Ángel González

A MANO AMADA



A mano amada,
cuando la noche impone su costumbre de insomnio
y convierte
cada minuto en el aniversario
de todos los sucesos de una vida;


allí,
en la esquina más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,

los recuerdos me asaltan.


Unos empuñan tu mirada verde, otros
apoyan en mi espalda
el alma blanca de un lejano sueño,
y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!,
me reclaman.


Reconozco los rostros.
No hurto el cuerpo.


Cierro los ojos para ver
y siento
que me apuñalan fría,
justamente,
con ese hierro viejo:
la memoria.

FERDYDURKE de Witold Gombrowicz

viernes, 13 de febrero de 2009


Husmeando por ahí, en busca de cosas poco vistas ni oídas, buceando por las procelosas aguas que rodean la Isla me he encontrado con una crítica, incluida en otro blog, referente a uno de mis autores preferidos. Era un polaco, extravagante y genial, que algunos días después del estallido de la II Guerra Mundial, viaja invitado con una embajada de escritores polacos a Argentina. Durante el viaje, Alemania invade repentinamente Polonia y ante los acontecimientos que se producían en Europa, Gombrowicz decide permanecer en Buenos Aires, donde vivirá al comienzo en condiciones de extrema pobreza. Por mediación de varios conocidos de su misma nacionalidad, acaba por obtener un trabajo en la sucursal argentina del Banco Polaco (es en las horas muertas en este puesto de trabajo donde, ocultándose de su jefe y compañeros, escribirá Transatlántico, como él mismo explica en el prólogo a la novela).
Hasta mediados de los años 60, Gombrowicz permanece en la Argentina, desempeñando diferentes ocupaciones (periodista, traductor, maestro de filosofía...) y congregando en torno suyo a un círculo de fieles. La traducción colectiva de Ferdydurke al castellano que realiza con sus camaradas del café Rex culmina en un lenguaje complejo, infantil y vanguardista al mismo tiempo, que merecerá los elogios de intelectuales muy importantes.

Pues, como os decía, he plagiado lo que a continuación podéis leer, pero como me parecía que el autor de lo que sigue había resumido muy bien el argumento y su opinión coincidía con la mía, podía tomarme la libertad de incluirlo en esta pequeña Isla:


Argumento:


Un hombre a punto de cumplir los 30 años, piensa en los años pasados y en cómo es; y decide que ya es hora de madurar, de ser un adulto, de comportarse como tal. Sin embargo, al momento recibe la visita de un pedagogo amigo, que lo lleva a la escuela de nuevo. Allí, en un ambiente absurdo y surrealista, llevado por los impulsos vitales de los jóvenes verá como buscan ser adultos sin serlo, o querer ser aun inmaduros, porque sí. El pedagogo lo llevará a vivir a casa de un matrimonio de ideas avanzadas donde una jovencita colegiala le atraerá de forma incontrolable.Hay tres “episodios” en el libro separados por una suerte de “prefacio a la manera de Gombrowicz” una larga digresión separada y que separa, pero que no son sino cuentos sobre la creación literaria, el arte, la filosofía y las formas de verlos por parte de la sociedad y “la cultura” reinante. Dos de esos episodios son los citados anteriormente, el tercero es un viaje hacia el campo donde se encontrará con las raices de lo antiguo, del mundo “idílico” encogido entre terratenientes desfasados y labradores atemorizados.


Opinión:


EL argumento es perfectamente eludible si se quiere saber de que va el libro, no porque no muestre a gruesos trazos de que va, que lo hace, sino porque ahí no se ve qué es Gombrowicz. Es difícil explicarlo y no sé si lo conseguiré, pero lo intentaré.
¿Bajo la protección, la máscara, de lo grotesco se puede analizar de forma adecuada la vida? ¿se puede calibrar a una sociedad, a una forma de educación, al arte? ¿a el mundo? Gombrowicz esconde ¿esconde? bajo palabras risibles, extravagantes , incluso inventadas, una forma de ver el mundo que no desmerece a alguno de los mas sesudos estudios de verbos complejos y sustantivos serios y altivos que ruedan por el mundo entre manos diestras y eruditas.Su prosa exagerada, repetitiva; sus ideas, la composición del libro, todo, muestra un libro en apariencia sencillo, optimista, pero que esconde un ataque frontal a las formas literarias al uso -no sólo sobre la época en que está escrito sino también sobre autores anteriores-y una crítica a las ideas sociales, culturales, pedagógicas de la época, ( sobre todo al concepto de arte, que para él debe ser expresión del yo del autor, puesto que lo demás, el gran artista, la gran obra de arte, es simplemente una convención social que cambia…) Es esa convención , idea admitida por la sociedad, la que crítica en todos los aspectos de la vida, tanto en ese artístico, como en las clases sociales, en la política, en las relaciones humanas.
Gombrowicz repite obsesivamente ciertas palabras, ideas o exclamaciones, quizás siguiendo la idea que él mismo da en este libro en boca de unos jóvenes: “repite! , repite!, por la repetición se crea la mitología”. Metáforas, surrealismo, autocrítica: “ esta obra ¿qué es? Novela, libelo, memorial, memorándum, parodia…?” Y sobre todo utilizade conceptos relacionados con la forma, con la estética del comportamiento, del gesto; para Gombrowicz la forma en que se hacen o dicen las cosas, la forma de situarse, posar, mirar, gesticular…es la parte más esencial del individuo, la forma con la que se circula por la vida, la “facha” según sus palabras, es esencial en el entendimiento humano, ella hace ser sincero o mentir. Pero también la simetría debe regir las cosas aunque sea para compensar (Filifor y Antifilifor baleando los dedos, las manos … de sus esposas para encontrar la simetría de las cosas es una imagen brillante y surrealista a la vez).
Concebido con la forma de unas memorias, la imagen que deja el libro es de un libro divertido en forma -entre absurdo, grotesco y surrealista- donde la lógica que impera es la de Gombrowicz (lo más grave del mundo es una pelea a muecas, y un dedo alzado vence al contrincante por la fuerza que ello conlleva). Donde el mundo pelea entre la madurez y la inmadurez –en lo sexual, en lo literario, en lo creativo, en las relaciones sociales- Donde lo anticuado y lo moderno se enfrentan pero no existen, -no pueden el uno sin el otro-; donde el mundo rural va disolviéndose por la autodestrucción propia de un mundo donde poderosos viven por existir poseídos ( y lo contrario) pero sólo y exclusivamente existen para eso .El “nopodernimiento” es general en el mundo que no cambia y debe cambiar a pesar de todo.
Es difícil encontrar a alguien que siquiera se parezca un poco al autor polaco, tanto en esas formas , como en el mundo absolutamente propio con el que impregna toda su obra, y da cierto aire iniciático a los textos de sus libros.


wineruda

MICRORRELATOS




Los jóvenes talentos de nuestro centro no dejan de sorprendernos cada día. Quienes piensen que la juventud de hoy en día carece de iniciativa, de imaginación o de afán creativo, se equivoca de parte a parte. En la clase de hoy les he propuesto a los alumnos de 2º D que escribieran un Microrrelato alrededor de una palabra elegida al azar. Esa palabra, que una de las alumnas aventuró, fue "NARIZ" y éste fue el resultado. Espero que os guste.




"Era un día como otro cualquiera, pero no me imaginé que iba a pasar tanta vergüenza...
Me encontraba en mi lugar de trabajo y tenía hambre. Por suerte se acercaba la hora de desayunar. Estaba a punto de irme cuando me llamó mi jefe para que fuese a su despacho. Una vez dentro me pidió que me sentase y que charlásemos sobre cómo llevaba el proyecto que me había pedido, pues quería saber si estaría terminado para ese mes.
De repente, le miré a la cara y vi esa inmensa nariz de donde le asomaba un pelo, del cual colgaba, a su vez, un cuerpo extraño, verde y viscoso.
No sabía si decírselo o mirar hacia el suelo para evitar fijar mi vista en aquello. No encontraba la manera de salir de ese despacho, cuando de pronto mi jefe se puso en pie y se acercó a mi lado para que le enseñase el proyecto.
En ese instante quería que la tierra me tragase, pues sólo podía mirar su inmensa nariz y cada vez tenía más ganas de vomitar.
Yo sabía que tenía que inventarme una excusa para salir de aquel asqueroso lugar.
Mi jefe, al ver mi cara pálida como la leche, me preguntó si me pasaba algo.
Esa era la excusa perfecta, pues ahora podría salir.
Le pregunté que si podía ir a refrescarme al baño. Mi jefe me respondió que no hacía falta que volviese otra vez, que ya hablaríamos más tarde...
Llegué al baño y, al mirarme en el espejo, vi que de mi nariz también colgaba un cuerpo verde y viscoso"

VERÓNICA MARTÍNEZ LÓPEZ



"Mucha gente me odiará o me querrá por la observación que voy a hacer, no lo sé. Bueno, allá va.
Soy una adolescente, al igual que todos los que estáis aquí. ¿Queréis saber lo que más me enferma de esta edad? Que hay muchas chicas que se vuelven terriblemente pijas "O sea se me ha roto una uña, esto no me puede estar pasando a mí" y, aparte de volverse pijas, se vuelven idiotas por los chicos.
Ah, y los chicos que parece que las únicas cosas en las que piensan son el fútbol y el sexo.
Si es que el asunto este de la adolescencia tiene narices...
Bueno, ¿cuándo acabamos la sesión?"

KATYA DYANA HURTADO


"Ahora os voy a contar una cosa que nos pasó a unos amigos y a mí.
Era una tarde de verano en la que habíamos ido de viaje a Toledo a visitar los molinos de viento.
Estábamos tan contentos, observándolos girar y girar, cuando a uno de nosotros le alcanzó una de las astas. ¡Madre mía! Le dio en toda la nariz.
Desde entonces nunca ha vuelto a visitar Toledo y, mucho menos, los molinos"
RUTH GUAYANAY REY
Soy Marta y la historia que voy a contar me ocurrió hace dos semanas.
La recuerdo perfectamente. Todo ocurrió así: yo tenía un novio, perfecto, bueno, sincero...al que quería mucho. Pero una noche, mientras dormía, en uno de mis sueños vi un fondo blanco y un caballero que se acercaba a mí. Cuando estuvo muy cerca, reconocí su corbata, que brillaba. Y me dijo así: "Hoy es el último día que estaré contigo" y me dio un beso en la nariz, la cual estaba fría por el miedo.
A la mañana siguiente recibí una llamada y una voz me informó de que mi pareja había fallecido.
Después comprendí que en el sueño él vino a demostrarme su cariño y amor y que me besó en la nariz porque era la parte de mi cuerpo que él prefería"
LORENA MORENO JIMÉNEZ


"Ella era Lucía, una joven guapísima, pero con un solo complejo: la nariz. Era enorme.
Un día decidió ir a una clínica para operarse. Sus amigas le acompañaron.
Lucía, muy emocionada, entró en el quirófano.
Pasaron unos días y cuando se vio en el espejo por primera vez, vio una cara horrenda y ¡la nariz estaba aún más grande!
Era demasiado tarde cuando comprendió que se tenía que haber conformado con lo que tenía"
LYDIA PÉREZ TERCERO









TODOS LOS ANIMALES SON BRAVOS

miércoles, 11 de febrero de 2009

Agradezco la respuesta de mi buen compañero Francisco Mujeriego a mi escrito previo sobre mis consideraciones, y las de otros, sobre la tauromaquia. A pesar de la disparidad de opinión o gusto, mis posibles críticas nunca intentarán socavar el respeto hacia la persona, sino que irán dirigidas hacia hechos concretos. Respondo con el título de que todos los animales son bravos cuando se les pone en peligro, puesto que incluso la gallina defiende todo lo fieramente que puede a sus polluelos cuando éstos corren riesgos serios de supervivencia.
Tratar de eludir como argumento el sufrimiento del toro durante la corrida, es dejar aparte el punto principal que nos mueve a quienes abogamos por la abolición de este auténtico suplicio de un animal que desea vivir, al igual que nosotros y el resto de los animales, recibiendo el menor dolor posible. Esto es algo de cajón, consustancial a la naturaleza de todos los animales.
No nos impresiona la cantidad de datos que puedan presentarse a favor, tanto históricos como legales, sobre esa “fiesta” que ya no lo es para la mayoría de los españoles. Si iniciamos una contienda dialéctica en ese sentido, quienes estamos en contra podríamos presentar igualmente exquisitas demostraciones históricas, biológicas y morales para intentar calibrar la balanza de la contraposición. No obstante, y a fin de aprovechar nuestro precioso tiempo en los aspectos que realmente pueden interesar, sacaremos a luz nuestro convencimiento de que debemos y podemos hacer un mundo mejor, no solamente para los humanos –por lo cual también nos movemos- sino asimismo para los animales, y por añadidura a todos los seres vivos del planeta, incluyendo los bosques, y considerando de forma similar a los océanos y a la atmósfera.
Somos conscientes de este moderno despertar de gran parte de la sociedad española decididamente en contra de la corrida de toros. Y no nos confundamos, porque quienes somos viajeros empedernidos sabemos que actualmente se nos identifica cada vez menos a los españoles con los toreros, quizás gracias a la parte positiva de la globalización y de internet, donde el mundo entero conoce casi al instante las tendencias y los movimientos de resto del orbe. A menudo sucede que estamos tan introducidos en nuestras costumbres, arraigos y tradiciones, que para muchos resulta realmente difícil poder calibrar la existencia desde la toma de bases de otra dimensión humana. Y ello es una lástima, porque en cierto modo uno mismo se condiciona a sus propias vivencias escogidas, cerrándose así la posibilidad de contemplar la vida y actuar en ella distintamente y, por qué no, más positivamente en el entendimiento global de cuantos seres habitamos el planeta. Pero no, por desgracia sucede en demasía que hemos estamos haciendo de nuestra sociedad una especie de supermercado feliz donde todo dolor ajeno parece esfumarse, incluido el de los animales. Si por muchos fuera, seguiríamos en la España de las alpargatas, las castañuelas y los señoritos (entre los que abundaban los empresarios taurinos).
La abolición de la caza del zorro en el Reino Unido, tradición igualmente antigua en aquel país, hace sólo unos meses sacó en protesta a las calles decenas de miles de personas que se mostraban a favor de la misma, especialmente quienes vivían de esa historia. Se armaron revueltas y violencias varias, pero al final se impuso la ley por decisión mayoritaria de la sociedad británica.
Por otra parte, presentar a empresarios del mundo taurino con el fin que nos convenza para admitir las corridas de toros, es como presentar a un banquero para que nos convenza de las bondades de los sistemas actuales bancarios, en los que muy a menudo operan con nuestro propio dinero para enriquecerse mientras nosotros no obtenemos absolutamente ningún beneficio.
Por emular a Francisco, quiero añadir el enlace a una página sobre animales, no solamente sobre la tauromaquia, sino sobre cómo se aniquila a los mismos con distintos fines: para comer, para entretenerse, para vestirse, e incluso por cuestiones religiosas. He conocido a quien se ha hecho vegetariano después de haber visto el vídeo. Espero que tengáis “agallas” para poder verlo hasta el final.

http://video.google.com/videoplay?docid=7576567901991519153


Hellín, 05 febrero de 2009


Adolfo Rebolledo Gaudes

"Nadie está solo"

sábado, 7 de febrero de 2009


NADIE ESTÁ SOLO

Por José Agustín Goytisolo

En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad.

Ignoro
dónde vive, qué lengua
habla, de qué color
tiene la piel, cómo
se llama, pero
en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos. ¿Oyes?...

Un hombre solo
grita maniatado, existe
en algún sitio.

¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?

Nadie está solo. Ahora,
en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.
Podéis ver un vídeo de este poema en este enlace. Con "Animoto" es posible hacer estas cosas ¿nos animamos?
Ya veo que Franmuje va siempre por delante.

AUNQUE TÚ NO LO SEPAS

viernes, 6 de febrero de 2009

Al zambullirme en las cristalinas agus trapobanas encontré este bonito y evocador poema de Luis García Montero: "Aunque tú no lo sepas". Lo he rescatado del mar y con él quiero agradecerle a Isabel la deferencia que ha tenido al permitirme publicar en el blog. Este poema inspiró una canción que Quique González escribió para Enrique Urquijo y que me gusta mucho. Podéis ver al fallecido cantante y compositor de Los Secretos y Los Problemas interpretando dicho tema en el siguiente vídeo trapobano. Espero que os guste tanto el poema como la canción.



...
Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminado
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...

Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.

También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.

Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.

Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño
que no recuerdas cuando te despiertas.

BRAVO, TORO

jueves, 5 de febrero de 2009


He leído, ahora sí, con detenimiento y respeto el post de un compañero sobre la fiesta de los toros y la polémica que se ha suscitado al parecer entre algunos alumnos del centro, taurófilos unos y taurófobos los otros. Algunas de sus argumentaciones puedo compartirlas pero no otras. Creo que todas las posturas son respetables y cada uno puede defender la suya con argumentos y sin menospreciar al discrepante. Pero dicho ésto, y sin entrar por el momento en cuestiones de tipo anatómico-fisiológico acerca de si el animal sufre o no sufre tanto como se dice, o en los aspectos rituales y artísticos inherentes a una corrida de toros, o en otras connotaciones sociopolíticas como confundir el toreo con el españolismo (lo hacen algunos grupos), si me gustaría romper una lanza por la fiesta (me da miedo llamarla nacional por si alguien se ofende, pero desde luego de donde no es propia es de Burkina Faso). Pero sobre todo quiero romperla por el toro y lo que simboliza.

La relación entre toro y hombre se remonta en el mundo ibérico, y en el mediterráneo en general, según los expertos al Neolítico, etapa donde el uro (Bos taurus primigenius), antepasado del actual bóvido, comenzó a ser utilizado como fuente de materias primas. Desde aquellos tiempos pretéritos en los que empezó su domesticación surgiría una estrecha relación que se prolongaría en el tiempo hasta nuestros días. Incluso ha llegado a ser utilizado como patrón de cambio premonetal hasta el siglo XVIII, pues su costosa crianza lo hacía símbolo de riqueza y rango social. Aquel antepasado salvaje no tuvo tanta suerte como el toro de lidia actual y la desaparición de sus territorios junto con la presión cinegética provocaron su extinción en Europa allá por el siglo XVII. Es posible que a su pariente doméstico le hubiera ocurrido lo mismo de no haber sido criado en cautividad. De hecho el nuestro es el único país de Europa, junto con Portugal y el sur de Francia, donde existe el toro bravo.

El origen de las actuales corridas de toros bien pudiera estar en las antiguas técnicas venatorias practicadas en etapas preagrícolas por distintas civilizaciones mediterráneas y consistentes en sujetarlo de cuerpo y patas, esquivarlo con quiebros, etc. Tito Bustillo (Asturias), Altamira (Santander), Alpera y Minateda (Albacete), Castellón, Teruel, y otros abrigos levantinos guardan desde el Paleolítico testimonios rupestres de la fascinación que el hombre ha sentido por este animal. El asombro ante su bravura y belleza pudo ser el origen de su utilización como elemento lúdico-religioso y motivo de divertimento previo a su sacrificio. Muchos pueblos mediterráneos (cretenses, ibéricos...) lo utilizaron en ceremonias y rituales religiosas, como ofrenda, sacrificio o en juegos taurinos, como griegos y romanos. En otras culturas era adorado como una deidad de alto rango. Ahí tenemos a Apis, o a Zeus a menudo representado como un toro, al minotauro...

La primera cita de un festejo taurino en nuestro país se remonta al 815 en León, y la de una ganadería aparece en el siglo XV. Parece que la pervivencia durante la Edad Media del toro en nuestras tierras está directamente relacionada con nuestra historia, pues las grandes franjas de "tierra de nadie" que separaban los reinos cristianos de los territorios musulmanes, así como las heredades y posesiones de la nobleza surgida de la constitución del reino de España permitieron a las vacadas vivir libres en esos territorios.

Pero sobre las poblaciones de toro bravo se ha venido ejerciendo una importante presión, y no precisamente por parte de los toreros que se enfrentan a ellos en las plazas. La transformación del territorio forestal en suelo agrícola debido a la necesidad de producir alimentos ha sido una de las causas que ha provocado la reducción de la cabaña brava al reducir su espacio vital. Al igual que grandes extensiones de bosque mediterráneo, muchos dominios ganaderos se roturaron para poder ser cultivados. Por otro lado la Desamortización de Mendizábal hizo que parte de la cabaña ganadera en manos de la Iglesia pasara a los particulares, reduciéndose la mayoría de ellas con el objeto de utilizar el suelo en otros menesteres. Hoy en día el toro bravo (las ganaderías) se extiende en su mayoría por zonas infrautilizadas o de sierra. Hay quien va más allá y argumenta que sin la presencia del ganado bravo en nuestro territorio gran parte de él estaría próximo a convertirse en un desierto. Los espacios donde pace este animal, por lo general bien conservados, encierran una gran biodiversidad de flora y fauna, siendo refugio de numerosas especies. Parece por tanto que muchos ecosistemas ibéricos (la dehesa, por ejemplo) o de otros pagos le deben mucho a este bóvido y, por ende, a la fiesta. Por otro lado el toro de lidia es hoy día un animal que vive libre en su medio natural pero al mismo tiempo no es un animal salvaje, por cuanto su situación genética y poblacional viene siendo controlada desde antaño. No sé hasta qué punto sería conveniente para el toro, tal como están las cosas, abrirle las puertas del coso y que se vaya a pastar por su cuenta al campo. Pudiera sucederle lo mismo que a otras especies en peligro de desaparición como el lince ibérico, el oso o el lobo.

En fin, que el toro fue y sigue siendo, a pesar del tiempo transcurrido, un animal emblemático en muchos lugares del mundo mediterráneo. Pervivencias de su simbolismo y significado se hallan en una gran variedad de usos y costumbres cuyo ejemplo más cercano es la Península Ibérica.

Cuestión para un próximo debate: ¿Es preferible vivir a cuerpo de rey para morir en una plaza, con la posibilidad de ser indultado o llevarte por delante a tu verdugo, o vivir estabulado varios meses para terminar en un matadero después de un agónico viaje en camión donde muchos de tus congéneres fenecerán asfixiados? Se sigue comparando a las corridas de toros con una tortura o sacrificio ritual que termina con la muerte del astado, pero no es así. El toro es un alimento y tras la lidia se despieza para venderse en el mercado de turno. Recordemos que el ser humano como depredador que es, no olvidemos que está en la cima de la pirámide trófica, mata para alimentarse centenares de miles de animales domésticos al día, pero al único que le da la oportunidad de morir peleando es al toro.

Otrosí digo: precisamente en esta época del año, en numerosos pueblos de nuestra geografía, se realiza otro sacrificio ritual: la matanza del gorrino. ¿Alguien ha visto alguna vez como al cerdo que -salvo el de San Antón en La Alberca- ha vivido toda su vida encerrado y entre la mugre de la pocilga, lo cogen con un garfio del morro y sin dejar de batirse y chillar (sus gritos se oyen en la distancia) lo levantan entre varios hombres hasta una mesa en la que el matarife le clava en el cuello un cuchillo que hace que se desangre lentamente (minutos que se le deben hacer eternos al pobre animal, si tuviera conciencia) hasta que muere finalmente de chock hipovolémico. ¿No estaría el cerdo mejor en el campo, libre, retozando con su primo el jabalí? Ahora, qué buenas que están las morcillas, y los chorizos, y el jamón, y la longaniza, y el salchichón, y el chusmarro, y la butifarra, y el lomo de orza, y...


Francisco Mujeriego. Profesor del IES Izpisúa Belmonte.





Documentación e ilustraciones:

  • La Revista. Magazine del El Mundo (de donde he tomado prestado el título del artículo)
  • SIMBOLISMO DEL TORO EN LAS CULTURAS DEL MEDITERRÁNEO ANTIGUO. Dra. Dª Cristina DELGADO LINACERO. Laboratorio de Arqueozoología.Universidad Autónoma de Madrid.

LA POLÉMICA ATENAZA LOS PASILLOS: TAURINOS Y ANTITAURINOS ENFRENTADOS

miércoles, 4 de febrero de 2009

Estos últimos días están siendo bastante “moviditos”, desde el punto de vista dialéctico, en el instituto. Parece ser que ha surgido un fuerte desencuentro entre los defensores de la “Fiesta Nacional” y sus convencidos detractores, a raíz de la exposición de carteles sobre “Tópicos de España” que Alejandro, profesor de dibujo, y sus alumnos han llevado a cabo en los pasillos del centro.
En estos carteles aparecían dibujos de toreros, pues como todo el mundo sabe, así es como nos ven en el extranjero. Algunos antitaurinos recalcitrantes, arrancaron esos dibujos…y, a raíz de este acto, la polémica estaba servida. Los alumnos se dividieron en dos frentes (se pegaron nuevos carteles denunciando “la sanguinaria matanza”) y, en algunas clases, parece que la discusiones fueron fuertes.
Algunos de estos alumnos de 2º ESO han querido expresar sus opiniones a través de la ISLA como este blog pretende ser imparcial y dar cabida a todas las opiniones, hemos querido reproducir algunas de ellas, unas a favor y otras en contra de esta “fiesta”, por supuesto.

“Yo pienso que esta práctica no es muy buena. Veo muy injusto matar a los toros por diversión. Son animales iguales que otros y no merecen morir así y menos, por diversión. O ¿acaso nos gustaría a nosotros que nos hicieran eso? Ya sé que nosotros somos personas y ellos, animales, pero ningún ser vivo merece morir de esa manera. Primero, los torean, luego les clavan las banderillas, luego la espada y si no los matan, se las vuelven a clavar y, una vez que están muertos, les cortan las orejas. ¿Lo veis justo? ¿Qué han hecho los toros para morir así? Lo mejor sería dejarlos morir en paz, igual que al resto de los animales porque ellos no nos han hecho ningún daño a nosotros y nosotros no debemos hacerles daño a ellos o, por lo menos, esa es mi opinión.
Yo no me meto con las personas que están a favor de los toros, pero si lo pensamos, estos animales no merecen morir así. En mi opinión es UNA INJUSTICIA.
Yo, repito, estoy en contra, pero nunca adoptaría una posición tan radical como otras personas con las que hemos discutido estos días.
Solo os pido que reflexionéis sobre lo que os dicho antes: ¿Merecen morir así los toros, esos animales tan nobles, que no tienen culpa de nada? ¿Nos gustaría a nosotros que nos hicieran morir así, sufriendo tanto?

ANÓNIMO



“Yo pienso que las corridas de toros están bastante bien porque, como decimos mis compañeros y yo, los toros representan a España.
Lo que ha pasado hoy en el pasillo y en clase, donde se ha discutido de forma bastante agresiva, me ha parecido fatal, porque al igual que algunos de mis compañeros son antitaurinos, yo soy taurina y tengo el mismo derecho que ellos a defender mi postura y a dar mi opinión sin que nadie me insulte y me ponga en tela de juicio. Además, igual que hay una exposición de dibujos sobre los tópicos que existen todavía sobre España, ellos pueden poner carteles, pero no sobre los dibujos. Ellos quieren convencernos de que discriminar a los toros está mal. Pero, está claro que no nos van a convencer porque yo pienso que a la mayoría de los españoles le gusta los toros".

Paula. 2º C


“Yo pienso que los toros no merecen ser matados así. Ellos son seres vivos que merecen vivir, ya que a nadie le gustaría morir con lanzas clavadas en la espalda. Primero los acorralan y todo eso…
Disculpen la palabra, pero creo que las personas que van a ver los toros son morbosas. ¡Eso es morbo! Pues está claro que les gusta ver la sangre correr, les gusta ver morir y sufrir a los demás. Ellos no merecen eso.
Y eso de justificar a los toreros diciendo que se trata de un trabajo, es mentira. Los españoles no lo harían si no les divirtiera. Les divierte matar toros, eso está claro.
Pongo un ejemplo: la mayoría de los españoles no trabaja en el campo, porque no les gusta. Se lo dejan a los inmigrantes. Por eso yo pienso que si no les gustara, no lo harían. Se defienden esgrimiendo argumentos como el de que los toros han de morir igual. Pero, yo creo que no deben morir así.
Yo defiendo mi opinión y pienso que los toreros son ASESINOS. Matan por diversión. Ya quisiera yo verlos acorralados por los toros. A mí lo único que me gusta de ese espectáculo es cuando los toros los agarran por las “cachas” y los sacuden, como medio de defensa, pues en esos momentos se están defendiendo de tan sangriento acoso.
Yo no soy de España, soy una inmigrante y defiendo a los toros, no a la fiesta donde los asesinan. Pero, además, pienso que en vez de discutir por algo que nunca dejará de hacerse, prefiero discutir sobre otras injusticias, como el HAMBRE, la POBREZA o la EXPLOTACIÓN DE NIÑOS.”

“Denisse, en defensa de los TOROS


“Yo estoy a favor de las corridas porque es una fiesta nacional, que hay que respetar te guste o no, como los taurinos respetan a los antitaurinos.
Esta fiesta constituye una tradición desde hace mucho tiempo y en dos días esto no va a cambiar y más por un lío como el que ha pasado hoy en la clase, donde un compañero ha empezado a insultar a los taurinos y les ha faltado el respeto. Cosa que no veo bien, pues ambos bandos deben aprender a ser tolerantes y a respetarse mutuamente.”

Iván, 2º B

¿HACER SUFRIR PARA DIVERTIRSE?

lunes, 2 de febrero de 2009

Algunos observamos con interés cómo viene desarrollándose en nuestro instituto una especie de contienda durante las últimas semanas, a veces incluso de modo furtivo, entre quienes están a favor de las corridas de toros y de quienes no lo están. Se pegan carteles, se despegan, se vuelven a pegar, unos a favor, la mayoría, en contra. Y aquí nos encontramos haciendo conjeturas sobre el asunto, donde la conciencia puede reclamarnos tanto nuestra opinión como el posicionamiento ante el debate.
Estamos llegando a un punto importante en la evolución de estas tendencias, pues podemos advertir que no se restringen al mero ámbito del instituto, sino que se trata de un movimiento extendido por todo el país y que está levantando enfrentamiento y polémica a lo largo y ancho de nuestra geografía. Concretamente, en Cataluña ya se está empezando a recoger firmar por parte de algunas organizaciones en defensa del toro. Porque hay que pensar que quienes están a favor de las corridas no están, precisamente, a favor del toro. Por parte de la conciencia de una parte de nuestra sociedad se sigue viendo al toro como a la temida bestia negra a la que hay que sacrificar. Esto pudo tener su sentido en los tiempos ancestrales en que el hombre se enfrentaba al toro con un simple palo, por carecer de otros recursos, para resarcirse de su inferioridad física y de su miedo ante una criatura mucho más fuerte como es el toro. Pero hoy día, toda esta moderna manipulación del sufrimiento no tiene más sentido que el de satisfacer la conciencia de un sacrificio que no conduce a nada más que a la realización de un espectáculo sin aquel sentido anímico, y a mantener probablemente el antiguo atavismo del sacrificio colectivo enmarcado en la imagen de un animal que en la actualidad no hace daño a nadie, si nadie se mete con él, tal como hacen la mayoría de los animales.
Hace unos años se llevó a cabo una encuesta, no recuerdo si por Antena 3, en la que se mostró que más del sesenta por ciento de los españoles estamos en contra de las corridas de toros. Esta tendencia ha progresado notablemente durante los últimos años. Recuerdo que hace unos tres meses el diario El País realizó el mismo tipo de encuesta a través de su página web, y al cabo de unos días pude comprobar que más del 80% de los votantes se manifestaron en contra de esta celebración mal llamada “fiesta nacional”. A mi consideración se le antoja que el resultado obtenido quizás sea algo alto debido al tipo de perfil del votante usual en ese diario. De todas formas, no deja de ser un indicativo importante a tener en cuenta.
Entre nosotros, en el Izpisúa Belmonte, estoy comprendiendo durante estos últimos días cómo los alumnos de los diferentes cursos se posicionan a favor o en contra de una de las tendencias. En algunos escasos casos el posicionamiento de determinados algunos y algunas sólo corresponde a una pura rivalidad entre alumnos que no se caen bien mutuamente. Sin embargo, en la mayoría de los casos puedo constatar que las declaraciones son sinceras y responden a un sentimiento interior, tanto en un sentido como en otro.
Convendría, no obstante, centrarse en la parte central de este asunto, es decir, en el animal a partir del cual surge toda esta controversia, el cual sufre todas las consecuencias del espectáculo sangriento que es la corrida taurina. El toro es un mamífero con un sistema nervioso similar al de otros tantos mamíferos, entre los que se encuentra el ser humano. No hará falta ser muy perspicaz para entender que las terminaciones nerviosas a flor de piel son igualmente sensibles a las diferentes agresiones exteriores, tales como el frío, el calor, el picor y el dolor, por citar algunas de ellas. Mantener que al toro le gusta ser sacrificado de la forma que sabemos, no solamente es ofensivo contra la inteligencia y la ciencia, sino que puede denotar, en la mayoría de los casos, una falta de sensibilidad y de práctica del raciocinio en la consideración del dolor del animal.
El otro día comenté ante algunos alumnos que por nuestras cercanías aún se practica la brutal salvaje costumbre de ahorcar a perros que ya no sirven para la caza (se ha publicado en alguno de nuestros diarios de Hellín), y que en algunos lares de España se practica –aunque en estos últimos tiempos afortunadamente no he sabido de ello- la poco extendida pero siniestra práctica de pinchar los ojos de algunos pájaros cantores, porque se cree, de manera maldita, que así cantan mejor. Estos actos pueden despertar tanto nuestra estupefacción como nuestro desprecio. Pero curiosamente nos encontramos con quienes se alteran por tales aberraciones y no consideran de la misma forma el sufrimiento del toro, que padece una verdadera y estructurada tortura.
Por no extenderme demasiado, sólo voy a pedirte una cosa: piensa que estás dentro de la piel del toro e imagina, por unos instantes y paso a paso, cómo te infligen ese tipo de castigo atroz y agonizante hasta llegar al sometimiento de una muerte terrible. Y a partir de ahora podrías también ponderar la posibilidad de pedir que abran el portón al toro para que pueda huir de la plaza en plena corrida. Ten por seguro que preferirá ir con los suyos a pastar plácidamente al campo. Pero no le dejan salir.
O mejor aún, pensemos que no vaya al ruedo.
Adolfo Rebolledo Gaudes, profesor de inglés en el Izpisúa Belmonte

CALIGRAMAS: POEMAS VISUALES. CUANDO LA POESÍA SE HACE FORMA.

LOS DE 2º BACHILLERATO ESTÁN "SEMBRAOS". ESCRIBEN BIEN, DIBUJAN BIEN...
SI NO OS LO CREÉIS, FIJAOS EN LOS CALIGRAMAS SIGUIENTES. NO TIENEN DESPERDICIO