Adiós muchachos

viernes, 2 de julio de 2010

Hace unos días despedíamos a Loli y Adolfo, dos compañeros que, seguramente con acertado criterio, han optado por disfrutar la vida de otra manera tras hacerlo impartiendo docencia. Sí, porque si uno no disfruta -a pesar de todo- dando clase, no sé que pinta en un centro de enseñanza. También le dijimos adiós -o mejor hasta la vista- a Marta, que el próximo curso seguro que hecha de menos la rueda cuando, en las frías y brumosas mañanas invernales, no tenga que pegarse esos madrugones para desplazarse hasta el Izpi a enseñar el do-re-mi-fa-sol...

Vaya para ellos esta canción.

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