LA PREOCUPACIÓN POR EL TIEMPO

domingo, 3 de mayo de 2009


Yo también he andado preocupada por padre Tonino durante todo el puente: esa obsesión por el paso del tiempo, por sus secuelas, por la enfermedad...no pueden ser buenas.

De todas formas, no es el único. Todos los seres humanos sufren en algún momento esa angustia ante lo efímero de nuestras vidas.

Los textos que aquí voy a reproducir, ambos pertenecientes al gran poeta Jose Angel Valente, en concreto a Fragmentos de un libro futuro, su auto-elegía, no le servirán de consuelo a nuestro querido padre prior, pero por lo menos podrá ver materializados sus temores en hermosas palabras. Las palabras de este poeta son lacerantes y profundas como cuchillos. No te dejan indiferente. Son densas y oscuras y están llenas de palpitantes verdades.

Va por ti, Antonio.


Desde el otro costado:

HA pasado algún tiempo. El tiempo pasa y no deja nada. Lleva,
arrastra muchas cosas consigo. El vacío, deja el vacío. Dejarse
vaciar por el tiempo como se dejan vaciar los pequeños crustá-
ceos y moluscos por el mar. El tiempo es como el mar. Nos va
gastando hasta que somos transparentes. Nos da la transparen-
cia para que el mundo pueda verse a través de nosotros o pue-
da oírse como oímos el sempiterno rumor del mar en al conca-
vidad de una caracola. El mar, el tiempo, alrededores de lo que
no podemos medir y nos contiene.




Proyecto de epitafio:

DE ti no quedan más
que estos fragmentos rotos.

Que alguien los recoja con amor, te deseo,
los tenga junto a sí y no los deje
totalmente morir en esta noche
de voraces sombras, donde tú ya indefenso
todavía palpitas.



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